Fetichismos y lencería

El fetichismo es una expresión comportamental, un gusto particular por un objeto o elemento que nos genera placer o un estado de bienestar, existe el fetichismo no sexual o erótico y el sexual y erótico, prácticamente todas las personas somos fetichistas en algún grado no erótico, tenemos elementos que nos significan algo o que son nuestros objetos favoritos, por ejemplo, el celular. Hoy en día la gran mayoría de las personas tenemos una inclinación o gusto muy particular por nuestro celular que ya es una extensión de nuestro cuerpo, pero no quiere decir que nos genere placer sexual o deseo de orgasmos, pero cuando ese celular se nos pierde o no lo tenemos a la vista nos genera impaciencia e incluso hasta desespero, lo cuidamos muchísimo porque nos significa algo y nos gusta mucho ese objeto.

En el caso del fetichismo sexual o erótico, un objeto o un elemento se convierte en placer o búsqueda de orgasmo, también hay diferentes niveles: un objeto nos puede gustar y causar placer, hacer parte de nuestros mapas de placer que están insertos en el cerebro, nos gusta que ese objeto esté integrado en las dinámicas de pareja por ejemplo un juguete sexual y también se puede llegar al caso de la exclusividad, es decir, que solo sí ese elemento, ese fetiche, está presente en mis dinámicas sexuales, yo puedo lograr la excitación, el deseo y el orgasmo.

Existen fetichismos de todo tipo, desde muy frecuentes en el imaginario erótico colectivo como la lencería o algunos que para unos algunos puntos de vista pueden ser extraños y hay que dejar algo claro: es una situación perfectamente sana hablando de salud sexual, plenitud o salud mental cuando ese elemento está consensuado con la pareja y la excitación/orgasmo no depende exclusivamente de ese objeto, generalmente las expresiones comportamentales exclusivas solo se atienden a nivel sexológico o psiquiátrico cuando esa persona padece ansiedad o ese elemento le genera dificultades en su día a día, en su vida o con su pareja.

¿Por qué nos gusta la lencería?

La lencería o la ropa interior sexy entró al campo de los fetichismos desde el siglo pasado porque la ropa interior comenzó a ser visiblemente más atractiva cuando las mujeres dejaron mostrar su cuerpo a partir de los corsé, las pantaletas y estas prendas tenían elementos prohibitivos porque era ropa interior, ropa que la otra parte (hombres) no conocían y no debían ver y con el paso de las décadas esa ropa fue disminuyendo en su tamaño, en su comodidad, el corsé fue saliendo del uso frecuente y se convirtieron en elementos mucho más sensuales.

Hoy en día tenemos en el imaginario erótico colectivo la lencería femenina como un elemento de excitación que genera placer, la integración de elementos para quien los usa le alimenta la sensación de placer cuando le gusta cómo se ve, se pone en contacto con sus emociones, acicala su sensualidad porque eso es lo que permite la lencería, también detona situaciones muy interesantes en al relación de pareja, porque sí la mujer se siente atractiva va a estar mucho más abierta a nuevas dinámicas, a estímulos, a conectarse con el deseo, a conectarse con el placer y sí ella trae puesto algo que funciona como un disparador de excitación y eso también lo lee y lo siente la persona con la que está compartiendo su sexualidad, ese elemento se convierte en algo poderoso.

No hay que olvidar los juegos de roles que también vienen muy integrados a los fetichismos, es decir, en el momento en que se usa la lencería se puede entrar en un rol distinto en el que quizás de manera frecuente no se tienen las dinámicas sexuales porque se está interpretando a otra persona dentro de este cuerpo lindo, decorado y se atreve a ampliar sus prácticas sexuales o sencillamente variarlas.

FeticheLencería

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