El vaginismo es un trastorno sexual que afecta a muchas mujeres en todo el mundo. A menudo es un tema tabú y se habla poco al respecto, lo que lleva a la falta de conciencia y comprensión sobre esta condición. Hoy hablaremos sobre sus causas, consecuencias y cómo podemos superar esta situación juntas.
Pero…¿Qué es el vaginismo?
Esta se considera como la contracción involuntaria de los músculos de la vagina, lo que hace que sea doloroso o imposible penetrarla, ya sea durante el coito, la inserción de tampones o incluso durante los exámenes ginecológicos. Esta contracción es refleja y no está bajo el control consciente de la mujer que la padece.
¿Entonces cuáles son las causas de esto?
Algunas pueden ser de carácter físicas como psicológicas. Las causas físicas pueden incluir infecciones del tracto urinario, irritación de la vagina, endometriosis o cicatrices en la zona genital. Por otro lado, las causas psicológicas pueden ser el resultado de experiencias traumáticas previas, miedos relacionados con el sexo, ansiedad, estrés o una educación sexual inadecuada.
¿Puedo tener consecuencias en mi vida personal por padecer de vaginismo?
Desafortunadamente se pueden tener graves consecuencias emocionales y de las relaciones para las mujeres que lo padecen. Puede causar sentimientos de frustración, vergüenza, baja autoestima y ansiedad en torno al sexo, así como tambien puede afectar negativamente la relación de pareja, ya que la intimidad sexual se ve comprometida y puede generar tensiones y conflictos.
¡Pero tranquila! Existen tratamientos
Si una mujer experimenta dificultades persistentes para la penetración vaginal, es importante buscar ayuda médica y psicológica. Un ginecólogo o un especialista en salud sexual puede realizar un examen físico y descartar cualquier causa física que provoque la condición, además, un terapeuta sexual o un consejero puede ayudar a abordar las posibles causas emocionales y psicológicas del vaginismo.
Existen varias opciones de tratamiento que pueden ayudar a las mujeres a superar esta condición, estos pueden incluir terapia sexual, ejercicios de relajación, dilatadores vaginales, técnicas de desensibilización y terapia de pareja. La elección del tratamiento dependerá de las necesidades individuales de cada mujer y la gravedad del vaginismo.